De pronto, me veo a mi misma en una de las últimas etapas de mi vida universitaria. Mis amigos en su mayoría egresados, titulados o trabajando. Se está pasando la vida, el tiempo de la universidad, a pesar de todo, más rápido de lo esperado.
"Me siento como adulta..." le dije a mis amigos hace algunas semanas.
"¡¡¡Ya eres adulta!!!" contestaron.
Pero podemos ser adultos de muchas formas... ser adulto va más allá de si terminamos o no la universidad, va más allá de si estamos trabajando, de si aportamos a la casa o si tenemos gustos de "adulto". Podemos ser niños en lo profundo de nuestro corazón, conservando la pureza y alegría de vivir de esos años, pero ser también adultos hechos y derechos: la adultez tiene que ver con la responsabilidad, con la claridad de objetivos, con la desición, más allá de asumir labores propias de un adulto. Conozco "adultos" que trabajan desde hace años, pero siguen siendo unos irresponsables inseguros.
El reto está en poder conjugar ambas aristas de la vida, no perder la fe en la magia que encierra el día a día... ser adultos amantes de la vida, gente plena y dispuesta a los desafíos, gente dispuesta a remendar y aprender de sus errores.
Hola Petunia.Gracias por unirte a mi blog como seguidora.Lei con atención esta entrada y cuando tenía tu edad, reflexioné mucho sobre lo que era ser adulta.Con los años sentí que no me había equivocado tanto en mis apreciaciones.Pensé que ser adulto era poder tomar decisiones y aceptar las consecuencias para bien o para mal, sin que la opinión de los demás afectara tal decisión.Es la autonomía del adulto.Podemos amar a nuestra familia y amigos,podemos consultarlos, pero nuestras decisiciones de vida son nuestras y de nadie más.Y cuando tenés poder sobre esto,hacés las cosas con responsabilidad y amor.
ResponderEliminarEspero que nos sigamos visitando.Con todo cariño