lunes, 12 de junio de 2017

Agradecer

El 2016 trabajé 3 meses en una universidad, en un instituto que no nombraré. Pagaban poco, la jefa era penca y "ataosa", y más encima no sacaba de apuros. Duré 3 meses porque, según ella, no di el ancho. Propuse mejoras que nunca escuchó y resulta que en algún momento, todo el equipo (Excepto la chupamedias de la jefa), me pedían a mi instrucciones, opiniones, orientaciones. 

Duré sólo 3 meses porque le hice sombra a esa jefa. Quedé coja y con el autoestima laboral tambaleando, pero entendí que luego de año y medio fuera, no andaba tan perdida.

Y encontré nuevas amigas. No es que me falten (¡Humilde y afortunadamente!), pero es maravilloso seguir encontrándose con gente valiosa, hecha y derecha, buenas (Buenas en la pega y buenas personas). Al principio me asusté porque eramos puras mujeres, pero no se notó: todas con algo que aportar, con algo que enseñar y con algo que aprender, todas con una buena palabra, un piropo, un "¿Cómo estás?" en el momento preciso. 

Ha pasado un año y nos seguimos viendo. Siento que trabajé con ellas mucho más tiempo. E incluso las echo un poco de menos a veces, quisiera verlas más y gracias a las redes sociales, siempre las siento conmigo.

En este camino de mejorar, de recomponerse, de re armarse, de volver a ser yo, de librarse de ese (Como lo define un amigo) "apagón", es que estoy inmensamente agradecida de haberlas encontrado.