domingo, 7 de junio de 2020

Reflexiones de Cuarentena #1

Hace años que no escribo y, revisando entradas anteriores, me encuentro con una que habla de levantarse feliz en las mañanas... Desde eso ha pasado mucho.

El estar encerrada con teletrabajo, me ha hecho preguntarme una vez más qué #$/%(% hago en Recursos Humanos (hoy Gestión de Personas). Sí, creo que tengo talento para relacionarme con las personas, atender amablemente sus requerimientos y hoy, desde Calidad de Vida, hacerlos "Felices" dentro de lo que nos compete.

Pero no es suficiente... Una y otra vez me encuentro desilusionada del servicio público, con ganas de hacer más, pero chocando constantemente con egos tremendos, con falta de habilidades para trabajar en equipo, con jefaturas carentes de competencias (Ya sea cargos políticos o porque "Era lo que había"), rencillas absurdas, y un largo etcétera. He estado en gobiernos de ambos lados, y en ambos es la misma situación. Finalmente, el cumplimiento de la misión de la institución se pierde en algún recoveco de la burocracia. Eso, sumado a mi poca paciencia y a veces conducta errática en cuanto a poner a la gente en su lugar. Tiendo a ser demasiado blanda y me pasan por encima.

Siento que debería hacer algo más, algo que me apasione, algo entretenido y más... trascendental. OK, no significa que quiera ser presidenta, pero quiero algo donde de verdad haga la diferencia. 

En el servicio en el que estoy actualmente, he conocido a gente extraordinaria, gente dedicada, amable, trabajadora, honesta. Y también he aprendido y crecido mucho.... pero tampoco es suficiente. 

Si me preguntan ahora "¿Dónde/cómo te ves en 10 años?" diría: "Gestionando mi propio teatro. Y no sé por donde empezar. También haría clases. O tendría un hostal. O le ayudaría a la gente que tiene depresión, ya que alguna vez la tuve. Pero ¿Por dónde parto? Ese es el problema. Y me sigo quedando en el no atreverme, en la seguridad del sueldo a fin de mes y del bono trimestral.

En fin. Espero salir de esto con algo más de claridad.

17 semanas de teletrabajo... un poco menos de cuarentena.





lunes, 12 de junio de 2017

Agradecer

El 2016 trabajé 3 meses en una universidad, en un instituto que no nombraré. Pagaban poco, la jefa era penca y "ataosa", y más encima no sacaba de apuros. Duré 3 meses porque, según ella, no di el ancho. Propuse mejoras que nunca escuchó y resulta que en algún momento, todo el equipo (Excepto la chupamedias de la jefa), me pedían a mi instrucciones, opiniones, orientaciones. 

Duré sólo 3 meses porque le hice sombra a esa jefa. Quedé coja y con el autoestima laboral tambaleando, pero entendí que luego de año y medio fuera, no andaba tan perdida.

Y encontré nuevas amigas. No es que me falten (¡Humilde y afortunadamente!), pero es maravilloso seguir encontrándose con gente valiosa, hecha y derecha, buenas (Buenas en la pega y buenas personas). Al principio me asusté porque eramos puras mujeres, pero no se notó: todas con algo que aportar, con algo que enseñar y con algo que aprender, todas con una buena palabra, un piropo, un "¿Cómo estás?" en el momento preciso. 

Ha pasado un año y nos seguimos viendo. Siento que trabajé con ellas mucho más tiempo. E incluso las echo un poco de menos a veces, quisiera verlas más y gracias a las redes sociales, siempre las siento conmigo.

En este camino de mejorar, de recomponerse, de re armarse, de volver a ser yo, de librarse de ese (Como lo define un amigo) "apagón", es que estoy inmensamente agradecida de haberlas encontrado.


jueves, 7 de enero de 2016

Round tardío

Esta pelea debió darse hace mucho, o no darse nunca.
Esto debió estar solucionado hace rato, no luego de 15 años. O simplemente no debió suceder nunca.

Ultimamente me he sentido como el estereotipo de mujer soltera de más de 30. El estereotipo de mina histérica, complicada y fome que es típico de series gringas y que fue retratado en Soltera Otra Vez. Sin lo producida, más encima. Aunque siempre he pensado en mi misma como un personaje que aun no he visto en TV, pero que sería parte de How I Meet Your Mother o algo así, latina, buena pa la talla, un poco gritona (Menos que Gloria), con buen inglés, estilosa pero no fanática, que tararea por la vida a La Guacha y a La Oreja de Van Gogh. En fin, una mina entretenida, carismática. Graciosa, simpática. Como era antes de irme a la chucha. 

Es que si fuera otra, mandaría a volar a todo el mundo y en lugar de buscar pega por un año, me habría mandado a cambiar a Chuchunco.

Pero no puedo mandar a todo el mundo a la chucha (Tal vez por eso me fui yo).


domingo, 27 de septiembre de 2015

Gorda

Hace un año fui al nutriólogo, en medio de una depresión. Me dijo que tenía pacientes con menos sobrepeso y más "desarmadas". Empecé con la dieta, bajé unos cuantos kilos, pero sentí que era exigirme demasiado, superar la depresión y ¿¡Más encima cagarme de hambre!? No, gracias. 

Nunca me he considerado gorda, a pesar de mi sobrepeso, me miro en el espejo y no me veo tan mal. Hasta hace poco, me sentía como que "salvaba". El problema es cuando me veo en fotos: gorda gorda gorda. Como señoras que han tenido tres hijos y que nunca han vuelto a bajar de peso. ¡Y yo ni siquiera tengo uno! Anchaaaaa, con la cabeza chica.

Y como puras mierdas. Harta ensalada, algunas frutas, pero no me logro aguantar y me compro puras mierdas: top de chocolate, medias lunas, queques, helado, ramitas, papas fritas, etc.

Me castigo constantemente estar gorda, volviéndome más gorda. No entiendo. cuando estaba en el colegio, me senti siempre la "Gorda" del grupo, o entre las más, pero con el tiempo entendí que las que eran talla S o XS, median 20 cms. menos que yo... pero ese es otro cuento.

La cosa es que necesito volver a mi. La depresión está más o menos contralada, ya no siento tanta necesidad de tirarme por la ventana, y sé que me tengo que cuidar, pero no logro hacerlo, no logro cerrar la boca y moverme, volver a zumba, caminar. Cada día que pasa, pienso que debo empezar, ponerme las pilas, apechugar. Y los días pasan y nada. Sé que mientras no empiece a hacer ejercicio, no podré dejar de comer (Ya me ha pasado).

Y me da pena, y me siento fea, que nadie me quiere, que me voy a quedar así, que no lograré nada en la vida y que hasta ahora no he hecho nada. Y vuelve el círculo vicioso de mierda...