De pronto me di cuenta. Si bien aspiro a ser feliz, me hacen falta sueños, de esos por los cuales levantarse en la mañana, ocuparse en el día y soñar felices en las noches.
De pronto, he descubierto que no me interesan los lujos, ni los excesos, ni viajar y conocer todo el mundo alojando en hoteles 5 estrellas, gastando lo que puedo no tener.
De pronto descubrí que en el afán de ser "buena", dejé de serlo conmigo misma y de un modo u otro, me volví inmune a mi núcleo más cercano, ajena a mi vida diaria y a mis labores más elementales.
De pronto todo se transformó en un simple vivir, teniendo momentos de felicidad, que a la larga, no me han hecho madurar,pero sí ser mejor persona y afianzar lazos, que en estos instantes están a mi lado, siguiendo de cerca este extraño y quizás doloroso proceso.
De pronto me di cuenta de que para mis padres no sólo dejé de ser la hija que ellos creían que era, dejé de ser ese ideal de persona que ellos sutilmente y desde siempre, han esperado de mi.
de pronto enendí que por el hecho de ser "perfecta" merezco menos perdón que el resto.
De pronto he sentido que la inteligencia que siempre creí tener me había abandonado o era simplemente una ilusión, producto de la fortuna.
De pronto un mal día, me vi a mi misma sin ganas de seguir viviendo, porque este gran tropiezo actual no me deja ganas de continuar, me aterra la idea de contarles a mis papás, porque por desgracia tengo la triste certeza de que no entenderán nada de lo que, de pronto, he ido comprendiendo.
De pronto, me siento más acompañada que nunca, pero sin fuerzas.
De pronto un día, debí pedirle a Dios y a la Virgen, me acompañaran, me protegieran, en especial alejando aquella estúpida idea de no continuar... y funcionó.
De pronto, vuelvo a sonreír, y aunque no estoy lista para decidir, sí lo estoy pra encontrar un nuevo camino, con la certeza de que algo bueno vendrá, porque así es la vida, así este regalo y hay que amarlo...y que eso, de pronto, no se me olvide.
De pronto, he descubierto que no me interesan los lujos, ni los excesos, ni viajar y conocer todo el mundo alojando en hoteles 5 estrellas, gastando lo que puedo no tener.
De pronto descubrí que en el afán de ser "buena", dejé de serlo conmigo misma y de un modo u otro, me volví inmune a mi núcleo más cercano, ajena a mi vida diaria y a mis labores más elementales.
De pronto todo se transformó en un simple vivir, teniendo momentos de felicidad, que a la larga, no me han hecho madurar,pero sí ser mejor persona y afianzar lazos, que en estos instantes están a mi lado, siguiendo de cerca este extraño y quizás doloroso proceso.
De pronto me di cuenta de que para mis padres no sólo dejé de ser la hija que ellos creían que era, dejé de ser ese ideal de persona que ellos sutilmente y desde siempre, han esperado de mi.
de pronto enendí que por el hecho de ser "perfecta" merezco menos perdón que el resto.
De pronto he sentido que la inteligencia que siempre creí tener me había abandonado o era simplemente una ilusión, producto de la fortuna.
De pronto un mal día, me vi a mi misma sin ganas de seguir viviendo, porque este gran tropiezo actual no me deja ganas de continuar, me aterra la idea de contarles a mis papás, porque por desgracia tengo la triste certeza de que no entenderán nada de lo que, de pronto, he ido comprendiendo.
De pronto, me siento más acompañada que nunca, pero sin fuerzas.
De pronto un día, debí pedirle a Dios y a la Virgen, me acompañaran, me protegieran, en especial alejando aquella estúpida idea de no continuar... y funcionó.
De pronto, vuelvo a sonreír, y aunque no estoy lista para decidir, sí lo estoy pra encontrar un nuevo camino, con la certeza de que algo bueno vendrá, porque así es la vida, así este regalo y hay que amarlo...y que eso, de pronto, no se me olvide.
